He dejado estos días de escribir porque quería que mi anterior articulo siguiera visible a simple vista del internauta, pero ahora me veo con la obligación de seguir plasmando, en unas breves líneas, lo que por mi interior corroe a borbotones.
Presento el tema de hoy: ¿Por qué cobra más relevancia las palabras de la ¨muchedumbre¨ que las propias oficiales del perjudicado?
Me explico.
Cuando alguien se inventa un rumor, ese rumor sigue siendo igual de falso desde el principio hasta que se propaga por un número importante de población e incluso de medios de comunicación.
No quiero centrarme en nada en concreto. Quiero que todos toméis estas palabras como un estimulo venidero a posibles cuestiones que debáis afrontar en un futuro.
De mí, en los últimos cuatro años, siempre se ha hablado mucho. Se ha dicho mucho mas de lo que en realidad ha ocurrido. Ahora ha llegado un momento en el que la verdad todo me ¨resbala¨ (hablando mal y pronto).
¿Por qué hacemos mas caso a lo que unos se inventan de nosotros que a nosotros mismos? Si yo digo una cosa no tengo porque mentir, ¿no?
Pienso que uno de los graves problemas actuales de la sociedad es ese, el no saber escuchar. El si saber escuchar los inventos de otros relegando a un segundo plano nuestra propia opinión que seguro que va a ser más cierta.
Ahí lo dejo…
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